Introducción
Las lesiones cutáneas por SARS-CoV-2 suelen presentarse en niños y adolescentes saludables,
rara vez en niños menores de 10 años y aparecen en los pies en 74 a 100 % de los casos,
si bien también han sido descritas en manos y dedos.1,2,3,4,5,6,7 Suelen ser múltiples, redondas y varían de tamaño, de pocos milímetros a centímetros,
afectando a todo el dedo del pie, con una clara demarcación a nivel del metatarso-falange.
Se han observado manchas, edema y lesiones eritematosas, violáceas o purpúricas, que
pueden parecer infiltrantes. La piel periungueal y subungueal suele verse afectada.
En la evolución posterior, las lesiones pueden tornarse vesiculobullosas o presentarse
con costras de color púrpura oscuro o negro. La región plantar y la cara lateral de
pies y talones también pueden estar afectadas con lesiones gruesas, equimóticas e
infiltradas. Las manifestaciones “similares al sabañón”o al pernio, descritas en una
serie de pacientes franceses, presentaron similitudes con las lesiones observadas
en interferonopatías tipo I, como el síndrome de Aicardi-Goutières y la vasculopatía
de la infancia asociada a genes del estimulador del interferón.8
Pruebas
El SARS-CoV-2 pertenece a la familia Coronaviridae, subfamilia Cornidovirinae, género beta, linaje B; tiene un diámetro de 60 a 140 nm con picos de 9 a 12 nm y
dos proteínas de membrana de envoltura M y E. En imágenes electromicroscópicas, sus
picos se asemejan a una corona solar, lo que le da el nombre de “coronavirus”. Los
coronavirus (CoV) son virus de ARN monocatenario de sentido positivo envueltos con
una nucleocápside de simetría helicoidal, que pueden infectar a seres humanos, aves
y otros animales. La prueba de SARS-CoV-2 mediante PCR de hisopos nasofaríngeos ha
sido negativa en casi todos los niños y adolescentes con perniosis relacionada con
COVID-19. En 11 % de niños ingresados en el hospital por sospecha de COVID-19, la
PCR para SARS-CoV-2 se informó positiva. Desde la clínica, las lesiones como sabañones
o perniosis pueden constituir una manifestación tardía cuando el ARN viral ya no es
detectable por laboratorio.9,10,11
Posibles causas, manifestaciones clínicas, lesiones cutáneas
La hipótesis de interferonopatía tipo I inducida por virus ha demostrado que los pacientes
con COVID-19 grave tienen una respuesta alterada al interferón (IFN) tipo I, aumento
del factor de necrosis tumoral y producción de interleucinas. No obstante, los pacientes
pediátricos con lesiones en piel como vesículas exhiben una fuerte respuesta de IFN-I,
lo que atenúa la replicación viral.12,13,14 Sin embargo, esta respuesta temprana de IFN-I podría inducir cambios microangiopáticos,
produciendo una erupción similar al eritema pernio del lupus eritematoso. Curiosamente,
la perniosis es la característica más constante de las interferonopatías tipo I; los
hallazgos histológicos observados en el eritema pernio ocasionado por COVID-19 son
similares a los de la interferonopatía tipo I inducida por virus. La producción de
IFN-α es mayor en niños y adultos jóvenes.6 La respuesta innata, en particular la producción de IFN tipo I (IFN-α e IFN-β), constituye
la primera línea de defensa contra múltiples infecciones virales. La perniosis rara
vez se observa en pacientes con COVID-19 grave, lo que indica una buena respuesta
inmunitaria, como en la infección por el virus de influenza.15,16
La hipótesis de trombosis/coagulopatía señala que los pacientes con infección por
SARS-CoV-2 tienen un mayor riesgo de tromboembolismo, con niveles elevados de dímero
D, presencia de trombos de fibrina en vasos pequeños y capilares distendidos en pulmón
y corazón, así como desarrollo de isquemia acral, la cual se ha observado en autopsias.
Las manifestaciones trombóticas complican la enfermedad solo en una minoría de pacientes
con COVID-19.17,18
En la hipótesis de la vasculitis se postula que en la perniosis por COVID-19 se observa
endotelitis o vasculitis linfocítica.19 Se ha propuesto la enzima convertidora de angiotensina (ACE-2) como receptor de membrana
del SARS- CoV-2. Las células endoteliales tienen una expresión muy débil de ACE-2,
no obstante, los pericitos tienen uno de los niveles de expresión más altos, por lo
que son un buen candidato para explicar la inflamación secundaria microvascular e
hipercoagulopatía por SARS-CoV-2.20 La inmunotinción positiva para SARS-CoV-2 en células epiteliales de glándulas ecrinas
puede explicarse por la presencia de ACE-2 en estas células.21 La expresión de la ACE-2 ocurre en diferentes células: neumocitos tipo 2, enterocitos,
macrófagos, células linguales, epitelio respiratorio ciliado, células claras, endotelio,
túbulo renal proximal, adipocitos, queratinocitos y células de la epidermis; aumenta
significativamente con la edad y es mayor en hombres. La distribución celular de ACE-2
es muy importante y ayuda a explicar la mayoría de los síntomas: anosmia, alteraciones
del gusto, síntomas respiratorios, cardiovasculares, renales y cutáneos, entre otros.22
La primera y más frecuente manifestación cutánea en niños con infección por COVID-19
es la
perniosis, la cual fue reportada en el mundo durante el primer pico de la pandemia;
las lesiones fueron descritas en pacientes afectados con PCR positiva, en aquellos
con sospecha de COVID-19 y en aquellos con un contacto SARS-CoV-2 positivo, con
base
únicamente en el contexto epidemiológico de la enfermedad. La relación definitiva
entre COVID-19 y lesiones como eritema pernio no fue completamente establecida,
pero
se interpretó como probable. La infección en humanos puede causar un espectro
de
condiciones médicas, desde resfriado común estacional hasta infecciones mortales.
La
presentación clínica general, resultado de la infección y manifestaciones cutáneas
por SARS-CoV-2, difiere importantemente entre niños y adultos.23
Si bien las manifestaciones como urticaria, erupción maculopapular o erupción vesicular
pueden ocurrir en personas de todas las edades, ciertas manifestaciones como la perniosis,
el eritema multiforme (EM) y las manifestaciones cutáneas del síndrome multisistémico
inflamatorio pediátrico asociado temporalmente a SARS-CoV-2 (PIMS/MISC) se observan
con mayor frecuencia en niños y jóvenes. El pernio clásico se define como lesiones
cutáneas inflamatorias de las regiones acrales que persisten más de un día. Se caracteriza
por máculas eritematosas y edematosas, nódulos y, a veces, placas ulceradas en la
superficie dorsal de dedos, manos y pies. Las lesiones cutáneas se desencadenan por
frío y rara vez se asocian a enfermedades del tejido conectivo o trastornos hematológicos
malignos. Los pacientes generalmente informan dolor y picazón. El tratamiento es conservador
y en general ocurre una resolución espontánea.24
Las manifestaciones similares a perniosis durante la pandemia de COVID-19 difieren
del pernio clásico al mostrar distribución semejante por sexos, ausencia de otros
factores desencadenantes y afectación de los pies y, a veces, del tercio distal de
las piernas. Los pacientes con perniosis asociada a COVID-19 fueron en su mayoría
jóvenes, confinados en casa sin antecedentes de pernio.25 Curiosamente, la infección por SARS-CoV-2 se manifestó como una enfermedad menos
grave en pacientes con pernio, manifestación cutánea acral diferente a las lesiones
isquémicas acrales descritas en adultos con enfermedad pulmonar grave asociada a hipercoagulabilidad.26,27
Otras manifestaciones cutáneas incluyen EM, urticaria y síndrome multisistémico inflamatorio
similar a la enfermedad de Kawasaki (EK). El EM es una afección aguda de
hipersensibilidad autolimitada, caracterizada clínicamente por erupción cutánea
distintiva con lesiones eritematosas simétricas, denominadas iris o lesiones en
diana (Figura 1)28,29.30,31 En niños, los patógenos implicados con mayor
frecuencia en la EM son el virus del herpes simple (VHS) y Mycoplasma
pneumoniae. 32 Se ha
observado una erupción similar a EM por SARS-CoV-2 en adultos y niños, con pápulas
acrales y lesiones en diana. En pacientes con lesiones similares a los pernios
también se han observado erupciones asociadas como EM. En los niños, las lesiones
similares a EM en talones de ambos pies se consideraron como pernios con lesiones
purpúricas centrales y eritema periférico.33,35
Figura 1
Eritema multiforme. En dos pacientes con COVID-19 (A y B) s e observa presentación
simétrica. Crédito de la imagen: Mauricio Torres Pradilla

Urticaria
Las lesiones cutáneas se presentan típicamente como urticaria o angioedema y pueden
definirse como un exantema papular eritematoso ligeramente elevado seguido de prurito
intenso que dura menos de 24 horas (Figura 2). Las causas más comunes son alérgenos, pseudoalérgenos alimentarios, picadura de
insectos, fármacos e infecciones. Los virus son causa común de urticaria en niños,
incluidos el parvovirus, rinovirus, rotavirus, virus de Epstein-Barr, virus de las
hepatitis A, B y C y virus de la inmunodeficiencia humana. Infecciones bacterianas
(del tracto urinario, por Streptococcus, Mycoplasma y Helicobacter pylori) y algunos parásitos también pueden asociarse a urticaria.
Figura 2
Exantema papular eritematoso en dos pacientes con COVID-19 (A y B). Crédito de la
imagen: Mauricio Torres Pradilla.

La urticaria representa de 10 a 20 % de las manifestaciones cutáneas en pacientes
con
COVID-19. La mayoría de los casos notificados fueron adultos; los niños con
urticaria y COVID-19 parecen en su mayoría asintomáticos, aparte de la erupción.
La
mayoría de los pacientes no fueron evaluados con pruebas de laboratorio, pero
tuvieron contacto directo domiciliario con pacientes confirmados o sospechosos
de
COVID-19. Se realizó biopsia de piel a una minoría de pacientes, todos adultos.32
Galván Casas et al. informaron prurito en 92 % de los pacientes con lesiones
de urticaria asociada a COVID-19 más grave. La urticaria aguda, definida como
lesión
autolimitada que dura menos de seis semanas, afecta a 20 % de la población. La
urticaria crónica se describe como una lesión recurrente presente por más de seis
semanas, que parece afectar a 5 % de la población. Estas lesiones fueron frecuentes
en pacientes de mediana edad.31 No
obstante, el estudio retrospectivo realizado en Francia informó una mediana de
tres
años en pacientes con lesiones urticarianas distribuidas en el tronco o las
extremidades. En algunos casos, las erupciones se generalizaron en todo el cuerpo
o
se localizaron en la cara.8
Las infecciones virales pueden causar urticaria no inmunológica o vasculitis por activación
de mastocitos a través del complemento. Dado que SARS-CoV-2 se une a los receptores
de la ACE-2 en los vasos sanguíneos, los anticuerpos pueden depositarse en las paredes
vasculares con la consiguiente reacción inmunitaria. La urticaria puede estar asociada
a la bradicinina en el sistema cinina-calicreína y el sistema del complemento, la
cual es un potente vasodilatador y productor de edema por aumento de permeabilidad
vascular; clínicamente se traduce en erupciones eritematosas, edema y lesiones urticariformes,
y explicaría el “COVID toes”, al igual que el dolor y prurito como efecto proinflamatorio. Los receptores de
bradicinina aumentan la quimiotaxis de neutrófilos y estos activan a su vez el sistema
cinina-calicreína para abrir la barrera endotelial en inflamación aguda.34 La activación de los receptores de bradicinina aumenta los niveles de interleucina
6, citocina inflamatoria que aparece para correlacionar con la gravedad de la enfermedad.
Estos efectos aumentan la tendencia hacia la inflamación que ya existe, secundaria
al aumento de producción de citocinas por COVID-19.33,36
Exantema vesicular
El exantema informado en pacientes con COVID-19 es semejante al de la varicela. Puede
parecerse a una erupción papulovesicular; es más frecuente en mujeres de mediana
edad, pero también se ha informado en hombres adultos y niños. Las lesiones
vesiculares aparecen en las primeras etapas de COVID-19 y, en ocasiones, antes
del inicio de otras manifestaciones. Las erupciones son monomórficas diseminadas
y aparecen después de una latencia mediana de tres días, posteriores a los
primeros síntomas respiratorios, persisten alrededor de ocho días y se
correlacionan con la gravedad de la infección. Virus como HSV-1, HSV-2,
herpesvirus humano HHV-6 y HHV-7, virus de la varicela Zóster, parvovirus y
virus de Epstein-Barr se han detectado simultáneamente en algunos pacientes con
COVID-19.36
Síndrome inflamatorio similar a la enfermedad de Kawasaki
La EK es la vasculitis más frecuente en la infancia y su diagnóstico se basa en criterios
clínicos y de laboratorio. Se ha observado una asociación temporal y espacial
entre
COVID-19 y una afección multisistémica grave en niños de varios países. Esto se
ha
denominado síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS), asociado
temporalmente a infección por SARS-CoV-2 en Europa y síndrome inflamatorio
multisistémico en niños (MISC) en Estados Unidos.37,38,39 El diagnóstico de tipos incompletos de EK o EK atípica
se basó en fiebre mayor de cinco días, presencia de más de dos o tres criterios
clásicos, considerando anomalías de laboratorio o ecocardiográficas (aneurismas
coronarios, depresión ventricular izquierda, insuficiencia valvular mitral, derrame
pericárdico) como criterios adicionales asociados. En comparación con la EK, los
niños con PIMS/MISC muestran una sobrerrepresentación de síntomas
gastrointestinales, miocarditis y síndrome de choque.
Recientemente se ha descrito un choque hiperinflamatorio que muestra características
similares
al Kawasaki atípico, al que se ha denominado síndrome de choque tóxico por
enfermedad de Kawasaki. Las manifestaciones cutáneas en este momento de la patología
parecen inespecíficas, siendo similares a las descritas habitualmente en la EK
o en
infecciones virales. Las manifestaciones cutáneas y mucosas son frecuentes en
niños
con PIMS. La semiología de las lesiones cutáneas no presentó especificidad aparente.
En el laboratorio, los marcadores inflamatorios: PCR, velocidad de sedimentación
globular, recuento de neutrófilos y ferritina estaban ele- vados en casi todos
los
casos. Se describieron pancitopenias junto con otras alteraciones bioquímicas.
Se
demostró que el nivel medio de interleucina-6 estaba elevado. El síndrome de choque
tóxico por enfermedad de Kawasaki es raro, afecta de 1.5 a 7 % de los pacientes
con
enfermedad de Kawasaki atípica, presenta disfunción miocárdica con disminución
de la
resistencia vascular periférica y síndrome inflamatorio severo con niveles elevados
de IgE, PCR y procalcitonina.40,41
Otras erupciones vasculopáticas
Se han descritos otras erupciones vasculopáticas como púrpura trombocitopénica purpúrica,
exantema tipo dengue, acroisquemia, erupciones livedoides, exantema maculopapular,
erupciones tipo pitiriasis rosada y hallazgos orales.42
Conclusiones
Las manifestaciones cutáneas por COVID-19 se describen principalmente como autolimitadas,
incluyen lesiones acrales, erupción urticariana, erupción maculopapular eritematosa,
erupciones vasculares y vesiculares. Las erupciones urticarianas no se informan como
el síntoma de presentación inicial de COVID-19, es más común al inicio o poco después
de otros síntomas no cutáneos, pero es muy poco común antes. El manejo de las manifestaciones
cutáneas que afectan la calidad de vida no ha sido bien documentado. La terapia con
antihistamínicos está recomendada, sin embargo, es necesario evaluar más a fondo la
función de la terapia antiviral para los casos graves de exantema. La presencia de
urticaria durante las primeras fases de la infección por SARS-CoV-2 corresponde con
las líneas de tiempo observadas en los adultos, lo que respalda la idea de que mecanismos
inductores del desarrollo de la urticaria pueden ser similares en los niños y los
adultos.
En la historia clínica del COVID-19 aún no está claro el papel de las manifestaciones
cutáneas. El resultado clínico de COVID-19 no parece estar influido por la presencia
de las lesiones cutáneas, el patrón de las lesiones ni el estado general de salud
de
los pacientes. Los grupos de Manalo y Jiménez Cahue argumentaron que podría haber
una correlación entre las comorbilidades de los pacientes y el tipo de lesiones
cutáneas, debido a un mecanismo de regulación negativa de inmunidad.43,44
La presentación y frecuencia de las manifestaciones cutáneas de COVID-19 continuarán
en observación y estudio a medida que transcurre la historia natural de la enfermedad.
Conflicto de Interés
No hay ningún conflicto de interés.