Resumen
Después del descubrimiento de la IgE, los avances tecnológicos han proporcionado nuevas herramientas de laboratorio para la cuantificación de anticuerpos IgE específicos de alérgenos en suero y en la superficie de basófilos-mastocitos. Las pruebas in vitro ofrecen numerosas ventajas: cuantificación precisa, falta de interferencia de fármacos, seguridad y almacenamiento a largo plazo de las muestras. Los inmunoensayos cuantitativos para anticuerpos IgE pueden ser un complemento de las pruebas cutáneas. El reactivo de alergeno en fase sólida (alergosorbente) o líquida es el componente principal del ensayo que confiere especificidad a la prueba de anticuerpos IgE. Es el reactivo más complejo y altamente variable en los ensayos de anticuerpos IgE. La elección de utilizar recombinantes de diagnóstico en una única plataforma en lugar de múltiples se realiza caso por caso (considerando el historial previo y el perfil clínico) y de manera dependiente de los alérgenos. Aunque la mayor parte de las alergias alimentarias se limitan a una pequeña cantidad de posibles desencadenantes, estos alimentos son muy complejos al momento de evaluar su potencial alergénico. La posibilidad de fraccionar el alérgeno y entender algunos de sus componentes como potencialmente importantes para definir el riesgo de reacción clínica, reactividad cruzada o persistencia de la alergia, abrió una nueva era en el campo de la alergia, denominada alergia molecular. La identificación del componente alergénico responsable de las reacciones supone una herramienta importante para confirmar la información y gravedad de los síntomas, historia natural de la enfermedad, posibilidad de reactividad cruzada y clínica (marcadores de alergia).
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