−ACERCA DE LA PORTADA−
Cualquier fármaco puede causar efectos secundarios y, en ocasiones, estos son etiquetados como reacciones adversas a medicamentos, que pueden clasificarse en reacciones tipo A y B. Las primeras son comunes, predecibles, dosis-dependiente y están relacionadas con el mecanismo de acción de los fármacos; en cambio, las cualidades de las reacciones tipo B son totalmente opuestas. En este contexto se encuentra el síndrome de hipersensibilidad a fármacos con eosinofilia -DRESS (“Drug Reaction with Eosinophilia and Systemic Symptoms”)-. Entidad caracterizada por fiebre, afectación multiorgánico, activación linfocitaria (adenomegalias y linfocitosis atípica), eosinofilia, exantema cutáneo y la posible asociación con una reactivación viral; características que se observan con un periodo de instauración tardío (~21 días), posterior a la ingesta del fármaco. La prevalencia de esta alteración depende del fármaco involucrado, entre los que destacan los anticonvulsivantes, inhibidores de la xantina oxidasa y antivirales. Sin embargo, estos medicamentos no son los únicos que pueden inducirlo; lamentablemente, existe escasa evidencia (la mayor parte son reportes de casos) fuera de este grupo de fármacos que contribuyan a fortalecer el conocimiento de este síndrome relacionados con otros fármacos. Existen factores de susceptibilidad genética asociados con la aparición del síndrome: polimorfismos del antígeno humano leucocitario (HLA); por ejemplo, HLA-B 15:02 está asociado con DRESS por carbamazepina. La fisiopatología del DRESS no está completamente definida, se han sugerido tres hipótesis: 1) modelo hapteno/prohapteno, 2) interacción farmacológica con los receptores inmunes y 3) hipótesis del repertorio péptido alterado. Debido a que el DRESS involucra daño multiorgánico, lo convierte en una entidad grave que requiere diagnóstico y tratamiento oportuno, ya que cuenta con una tasa de mortalidad del 10% de los casos, condición relacionada con el retraso en su identificación. Desafortunadamente no existe un biomarcador implicado en su diagnóstico; para cubrir este objetivo se utiliza la escala RegiSCAR, cuya calificación mayor de cinco es necesaria para clasificar el caso como definitivo. El tratamiento consiste en la suspensión del probable medicamento responsable del DRESS, con posterior inicio de corticosteroides sistémicos, estas medidas contrarrestan las manifestaciones clínicas y de laboratorio. La identificación del fármaco responsable es un ejercicio necesario; sin embargo, el uso de la prueba de parche es cuestionable, a pesar de que es frecuentemente utilizada en los reportes de casos, esto es debido a que la sensibilidad de este método diagnóstico varía dependiendo del fármaco causal, la concentración del fármaco utilizado, la falta de estandarización de las concentraciones, vehículos, preparaciones del fármaco y conocimiento de la estabilidad de las preparaciones. La interacción en entre equipos multidisciplinarios y multicéntricos es necesaria para fortalecer el conocimiento de todos los aspectos que involucran a este síndrome.
Desde los primeros hombres que poblaron la tierra, los medicamentos han estado presentes con ellos, y es que alguna forma de sanación debía emplear. Pasando desde la prehistoria, la edad de bronce y hierro. Llegamos a las primeras civilizaciones, tan antiguas como los sumerios, acadios, babilonios, egipcios, chinos, indios, quienes contaban con rudimentarios procesos de farmacia. Posterior a la época greco-romana, algunos productos vegetales usados fueron la albahaca para el corazón, la sábila para los parásitos, la belladona para el insomnio y el dolor, la colchicina para el reumatismo, y con el tiempo el desarrollo de los alcaloides como la morfina, así como aparecieron los antibióticos, las vacunas, los anestésicos, la aspirina, los corticosteroides. Desde la época moderna hasta los últimos años, el desarrollo de los nuevos medicamentos ha revolucionado la esperanza y calidad de vida de los seres humanos. Sin embargo, también han traído con ellos reacciones adversas indeseables que conllevan a elevada morbilidad y mortalidad, hospitalizaciones y altos costos, por reacciones aumentadas, dosis dependiente o bien reacciones idiosincrásicas y no predecibles. Con el paso del tiempo también hemos aprendido sus mecanismos fisiopatológicos, lo que ha permitido, avances en los métodos diagnósticos, desde las pruebas cutáneas de prick, intradérmicas o de parche, además de las novedosas pruebas in vitro de IgE especifica, la prueba de activación de basófilos, o las pruebas de transformación de linfocitos, y ahora con más frecuencia el uso de pruebas de provocación en entornos hospitalarios controlados. El día de hoy el tratamiento ya no solo se basa en la no exposición al fármaco, sino que, en situaciones especiales de reacciones adversas no graves, la desensibilización oral o intravenosa ha resultado ser muy eficaz y segura, para la mayoría de los fármacos. Lo que lo hace un avance promisorio especialmente con el advenimiento de nuevos fármacos como la inmunoterapia para el cáncer o los anticuerpos monoclonales.
Breve descripción de la portada: Dres. Gandhi F. Pavón Romero y Luis Manuel Terán (autores del artículo: Síndrome de DRESS inducido por fármacos antituberculosos), y Dra. María del Rocío Hernández Morales (autora de: Eventos adversos a medicamentos en pacientes hospitalizados: prevalencia, causas y factores de riesgo).
Agradecimiento especial por la elaboración y diseño de la portada: DG. Diana Gabriela Salazar Rodríguez.